2/02/2010

VIENTOS EN CONTRA

En 1959 Dinah Washington ganó un Grammy con What a difference a day made. Originalmente un bolero de María Gerver, la letra en inglés de Stanley Adams dice "Que diferencia hizo un día/24 pequeñas horas/trajeron el sol y las flores/a donde solía haber lluvia". Quizás la canción esté en el Ipod de Barack Obama y no hay dudas que muchos días, un año en total, han significado una gran diferencia para el hombre del cambio. Solo que en este caso ha sido a la inversa: un aguacero de críticas está arruinando sus floreadas promesas.

El 20 de enero de 2009 las gélidas temperaturas en Washington no menguaron el calor que su discurso llevó a los corazones. El próximo miércoles 27, cuando ofrezca el Estado de la Unión ante el pleno del congreso para fijar sus líneas de acción en 2010, sus palabras serán validadas contra sus logros. Y Obama tiene varios: rescató la imagen mundial de los EEUU, estabilizó la economía, se ha comprometido con Irak y Afganistán y está a punto de lograr la reforma al sistema de salud. Aún así su popularidad está bajo el 50% y la pérdida de Massachussets refleja la impaciencia ciudadana. Definitivamente es más fácil ser candidato que presidente y la imagen de Obama como un ser desconectado de lo cotidiano ayuda poco cuando el 10% de desempleo amenaza con estacionarse.

La frustración es comprensible, pero este no es momento de ametrallar las expectativas. En el mundo del velerismo existe algo llamado ceñir y significa navegar hacia donde sopla la brisa. Como imaginará el lector, mover un bote en contra del viento es imposible a menos que se tenga un motor. Por lo tanto el velerista debe remontar la brisa dibujando un zigzag que poco a poco lo acerque a su objetivo. Si alguna vez se ha aburrido en un paseo en velero sabrá de lo que hablo: pasan las horas y el capitán mueve las velas de un lado a otro mientras el barco se inclina sobre un costado pero nunca enrumba directamente hacia el puerto.

Obama tiene que encender el motor de su liderazgo. Estados Unidos es un monumental velero remontando las adversidades y esta navegación ha pasado factura en la moral de la tripulación. Es momento de imprimir energía y enfocar el trabajo, así que un poco de mala cara, sal en las cejas y cuatro palabrotas servirían para sacudir a todos en el barco, especialmente a los Demócratas y su tendencia a perder el norte.

Faltan temporales, pero quizás en un año sea posible cantar "en el mar la vida es más sabrosa". 

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