9/17/2009

LA PAZ SEA CON CUBA

Espero que tras del Concierto por la Paz de Juanes vengan muchos otros. Embargar la comunicación es asfixiar a los ciudadanos y los cambios en la isla serán posibles solo si los cubanos alimentan su espíritu libertario. Sin idealismos: medio siglo de dictadura no se evapora con unas canciones, pero en la medida que los cubanos vean el mundo en su absoluta y fascinante diversidad, más allá de la cartilla y la versión oficial, el lento fuego del poder ciudadano llevará a punto de ebullición el caldo de los cambios por venir. La pasada semana el Royal Ballet of London ofreció cinco funciones a casa llena en La Habana y a finales de año la New York Philharmonic estará dando un concierto en la isla, así como el año pasado tocó en Corea del Norte.

De nuevo, sin ilusiones. Cuba necesita más que arte. Allí hace falta comida, jama, como dijo Pánfilo frente a las cámaras antes de ser arrestado. Y hace falta libertad como lo saben los presos políticos. Y hace falta respeto a los derechos humanos, como saben los familiares de los fusilados. Cuba necesita que el mundo entienda su drama más allá de las gangas en Varadero, la lujuria por las jineteras, la sabrosura del son y el intelecto izquierdo erotizado de Oliver Stone. Necesita que los cubanos tomen el control de su destino para que desaparezca el miedo y arraigue la convicción de que un líder, una revolución, un gobierno y una ideología son legítimos en la medida que faciliten el bien común de todos los ciudadanos y no solo de quienes se arriman al poder.

De alguna manera pienso en Cuba y también en Venezuela.

Al momento de escribir no se si Juanes rimó paz con libertad. Tampoco se si un coro espontáneo, una pancarta, un grito, demostró que en la Plaza de la Revolución existe gente cansada comer doctrina, desilusión y dictadura en el mismo plato. Pero de algo si estoy seguro: un pueblo no puede ser castigado por su gobierno y las sanciones a un régimen no deben ser vehículo para debilitar a sus ciudadanos. Especialmente aquel que puede entender la paz como algo mucho más completo, integral, demoledor y transformador que una paloma blanca. El cubano que no se come más el cuento del "hombre nuevo" y quiere sentir que la tierra donde nació es la tierra donde puede realizar sus sueños.

Juanes cree que la paz comienza por dentro. Y los grandes cambios también.  www.elibravo.com/caldo.php

 

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