Los fantasmas del racismo y el sexismo aparecen este año en las elecciones. Ambos partidos escriben la historia estadounidense en tiempos que son una bisagra para el país .Si bien el voto para los negros llegó a la Constitución en 1870, no fue sino hasta el movimiento por los derechos civiles que la enfermedad segregacionista fue vacunada. Para las mujeres el voto llegó en 1920, pero todavía la lucha por igualdad de salarios, oportunidades profesionales y acceso al poder es materia pendiente.
Sin duda a la gobernadora Palin le ablandó el techo la senadora Clinton, pero mientras Hillary es más feminista, Sarah pareciera más reformista. Desde su posición ideológica que mezcla disciplina fiscal, simpatías por el creacionismo, sed por más petróleo, la guerra de Irak como voluntad divina y el rechazo a los anticonceptivos, Sarah Palin apunta a al corazón de los republicanos con un mensaje claro: es el momento de cambiar la manera de hacer política, cambiando el rol de la mujer en los asuntos públicos, pero sin cambios en la estructura familiar y los valores conservadores. Para una nación que tiene en la familia una quimera de redención y un desiderátum de escuela de ciudadanos, la manera como balanceé su papel de madre, esposa y política será determinante en su carrera, pero sobre todo, en la manera como papel de la mujer se entienda y respete en la nación.
Con su discurso de aceptación en la Convención Republicana, Sarah Palin dejó algunas bocas abiertas y tapó otras. La mujer sigue siendo un enigma pero ya levantó su voz, y ciertamente es potente y certera. Me cuesta trabajo visualizar a una hockey mom negociando con Vladimir Putin, pero quien sabe. A lo mejor ella si es capaz de verlo a los ojos y sondear su alma. O quizás tengan mucho que hablar, total, la nieve es igualmente blanca en Alaska que en Siberia
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