1/06/2009

ABRAZO DE NUEVO AÑO

El año pasado no me dispensó una visita, así que inevitablemente está
más cerca. Soy afortunado, tampoco besó a mis seres queridos,
regalándonos unos días más de compañía. Hoy puedo abrazarlos y
decirles cuanto los amo. ¿Mañana? Tomorrow never knows, como dicen los
Beatles.

También se que el año pasado, como cada año, visitó a millones de
personas, llevándose consigo a esposas, padres, hijos, amigos. De este
lado quedaron los que se comieron las uvas recordando a los que se
fueron. Algunos, quizás muchos, pensando en lo que no dijeron cuando
aún estaban a tiempo. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que la vida es
una casualidad? La pregunta que Alberto Barrera se repite es su libro
La enfermedad, es una interrogante que viene amarrada a otra, mucho
más añeja. ¿Por qué nos cuesta tanto aceptar el carácter inevitable de
la muerte?

En su búsqueda global de la felicidad para escribir La geografía de la
dicha, el periodista Eric Weiner conoció en Bután a Karma Ura, quien
le recomendó pensar en la muerte cada día, por cinco minutos, como una
manera de ser más feliz en esta vida. Porque como dice el Dhammapada,
cual torrente que arrasa un poblado, así la muerte se lleva consigo lo
que atesoramos. Cuando ésta llega con todo su poder, hijos, parientes
y amigos no pueden detenerla.

Durante años creí que la mejor manera de espantar a la pálida era
evitando nombrarla. Como si bastara con el silencio para escaparle o
esconderle a mis seres queridos. Hoy entiendo que de nada sirve ese
engaño. Pero el hecho de aceptarla, ¿me servirá de algo cuando venga
de visita? Una cosa es el razonamiento intelectual y otra la
experiencia en carne propia, y si los pensamientos pueden servir de
guía a los sentimientos, quizás esta sea una manera de enfrentar mejor
las pérdidas.

¿Será este el año cuando aparezca? La pregunta poco a poco va
perdiendo gravedad, porque a final de cuentas, saber la respuesta no
ayudará a cambiar las cosas. Abrazar el presente, abrazando así lo que
amamos, conscientes de la temporalidad de ese abrazo, es la mejor
manera de comenzar el nuevo año. Y quizás sea la mejor forma de honrar
a los que se quedaron con el año viejo. Si existe un momento para
hacer las paces, para decir te amo, para enmendar errores, o iniciar
esa conversación que durante tanto tiempo hemos anhelado, sin lugar a
dudas que es ahora mismo. Porque time waits for no one, como dice la
canción de los Stones.


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