10/15/2009

CULTURA STEREO

¿Español o inglés? Para los Estados Unidos, en un futuro que es mañana, no importará la lengua sino la cultura. Y claro que si hablamos de cultura hispana el idioma es fundamental, pero más allá, si pensamos en identidad, existe ya una generación que no se siente obligada a escoger uno u otro. Para los jóvenes y adultos jóvenes, hijos de inmigrantes hispanos, disfrutar lo mejor de ambos mundos es tan natural como bajar música de Internet.

Hace décadas ser hispano era una desventaja en el país de las oportunidades. Por ello los inmigrantes ponían todo su empeño en asimilarse y criar a los hijos como gringos. Tiempo después esta primera generación, apartada de sus raíces, decidió "retroaculturarse", es decir, buscar sus orígenes como un pasaporte de identidad. Lo que sucede ahora es que los jóvenes hispanos crecen en un ambiente stereo, donde nadie oculta su pasado, pero tampoco niega su presente.

Esta es la fotografía: EEUU tiene 71 millones de jóvenes entre 18 y 34 años, un 23% de la población total. De este grupo, el 20% son hispanos, unos 13 millones. En menos de dos décadas los hispanos serán el 30% de población general, un crecimiento que viene más por los nacimientos, que por la inmigración. De hecho, hoy en día la mitad de los hispanos son "born in the USA". El resultado, y acá lo interesante, es un ciudadano que reconoce, aprecia y se contamina, en el mejor de los sentidos, de la herencia hispana. Un individuo bi-cultural.

¿Cuál es la importancia? Una nación abierta, global y con una especial sensibilidad hacia los temas Americanos (entiéndase de Las Américas). Una comunidad con afinidades duales, que se mueve en inglés pero usa el español a manera de conector cultural. Un individuo capaz de entender el mundo más allá de los estereotipos. Quizás un excelente diplomático, una ejecutiva o un académico para quien América Latina no es una entelequia.

Así  como en su momento los irlandeses, alemanes, ingleses o italianos imprimieron su huella en Estados Unidos, ahora es el turno de los hispanos. Esto nos pone a los inmigrantes y nuestros hijos en distintos planos, pues mientras a nosotros nos toca engranar en una nueva cultura, los chicos corren con un software de código abierto.

Pero este cambio no se puede mirar por el retrovisor: el peso demográfico, la fluidez de la comunicación, la fusión en lugar del etnocentrismo y el poder económico de este nuevo mercado están creando un fenómeno cultural único. Un laboratorio de transformaciones.

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